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FETEAS CELEBRA EN LUARCA EL DÍA DE LA MUJER

El Legado de la Mujer: “Conceyu Sol Horru”. Cipri Fernández Fernández

Extraordinaria tarde-noche de teatro en nuestro Conservatorio del Occidente de Asturias englobada en el programa “Conceyu Sol Horru”, con el que se reivindicaba y se homenajeaba el gran “Legado de la Mujer en la Zona Rural. Pasado y presente”.

Casi dos horas deliciosas de interpretación, de amor por las tablas, y de homenaje a la Mujer Trabajadora, con esa lucha incansable por la igualdad, por derribar los estereotipos y las barreras, al amparo de cinco magníficos Grupos de Teatro que hicieron las delicias del público asistente. 

Comenzaba la jornada la Compañía Asturiana de Comedias de Gijón, con la puesta en escena de “Les Puertes Abiertes” de Sergio Buelga, con un velatorio de cuatro mujeres y una niña, que lloraban la muerte del marido, al tiempo que mostraba la dureza de la soledad de una mujer viuda hace más de medio siglo, cuando las dificultades y los prejuicios marcaban el devenir de una de las épocas más sórdidas de nuestro pasado reciente.

Otro histórico de nuestra interpretación, “Teatro Carbayín” de Siero, presentaba “La Rentera” de José Ramón Oliva, con la que se podía entrever un horizonte un poquito más despejado, en medio de aquella absoluta e injusta normalidad, que regía las vidas de mujeres apegadas a la familia y a las duras tareas de labranza. Todo gracias a la señora de la casa, que mostraba su lado más tierno y sensible, para de manera generosa, facilitar las posibilidades de una vida mejor a una de las hijas de una vecina del pueblo.

El “Teatro Baluarte” de Navia (“Las maravillas de Grandas”) llenaba el auditorio de sonrisas y carcajadas con la magnífica interpretación de dos mujeres de Grandas, que camino del lavadero, soñaban con un mundo de artistas y maestras, antes de encontrar a Paco, el “oportunista” que llegaba al pueblo a reclamar una herencia ganada “en el juego, con la ayuda de un amigo crupier, pero igualmente de manera legal”. El embalse se había llevado todas las tierras y posesiones que aquel reclamaba –escritura en mano-, aunque al final las dos vecinas le abrían las puertas de sus casas, ofreciendo un techo, trabajo y comida. 

El grupo de Villaviciosa, “Teatro Maliayo”, llenaba el escenario de magia, con el “Suañu d´una nueche de Seronda” de Manuel Valiente, en el que las xanas nos transportaban a todos a un mundo mágico. De la mano del extraordinario timbre de voz de su narrador, todos viajamos en el tiempo, acompañando a su protagonista en un sueño tan real como la vida misma. Una puesta en escena magnífica, que nos situaba cerca del cierre de esta increíble tarde de arte escénicas. 

Y llegaba el turno para nuestros queridos anfitriones de “Teatro El Hórreo” de Luarca, que con la obra “El Tiempo que nos Acuna” de Mayusa J. Banciella, se aprestaba a poner broche de oro con una preciosa historia, ambientada en Pesoz, con la interpretación de Chusa, Begoña, María y Olalla, cargada de nostalgia, sensibilidad y emoción.

El inconfundible sonido del afilador, los tiempos en los que la radio llenaba de amor y felicidad todos los hogares, la época del año en la que tocaba mallar el trigo, o las modistas que se desplazaban por las casas, nos trasladaba a una de las más duras y románticas épocas del pasado siglo XX. La jovencita Mayusa marchaba de casa para aprender un oficio y regresaba al pueblo años más tarde, junto a su hija, con la fama y el prestigio alcanzado, al convertirse en una diseñadora famosa. 

Historias cotidianas de jornadas inacabables para Mujeres Ejemplares, Mujeres Luchadoras y Madres de un tiempo no tan lejano, en el que la familia y las ocupaciones siempre se anteponían a todos los deseos de unas Mujeres Infatigables, de “Penélopes del tiempo” -como acertadamente recitaba la gran María Esther García-, en una época en la que ellas jugarían un papel crucial en nuestras vidas. 

Todos estamos en deuda eterna con esas Grandes Mujeres que en la zona rural o en las villas, en las ciudades y en todos los hogares, eran capaces de demostrar todo el amor de puertas adentro y hacia afuera, abnegadas trabajadoras de sol a sol, Madres las 24 horas para acunar a sus hijos, sabedoras de que se perderían las maravillas del mundo, y que al acostarse daban rienda suelta a su imaginación, soñando sin límites y sin ataduras, como sería su verdadero lugar en el mundo.

¡Felicidades a todas las Mujeres del Mundo, a todas las que actuasteis ayer, y a todas aquellas otras que ya no están entre nosotros, pero que nos acompañan cada día, y a las que les debemos nuestra vida! Gracias.

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