Antón vive en una aldea asturiana con su mujer Telva y sus suegros Blasa y Secundino. Entre la suegra y la esposa le hacen la vida imposible y su único consuelo es Rosina, la mocina que tienen en casa de criada y de la que Antón se ha enamorado como un adolescente, sin que nadie sospechenada. Su vecino un solterón llamado Bastián y que es su confidente y no soporta a la mujer de su amigo le aconseja provocar un accidente para quitar de en medio a Telva, y le ofrece su ayuda. Entre los dos trazan un plan para conseguir su objetivo, pero las cosas no resultan tan fáciles como creian y se van complicando ante el regocijo de los espectadores.